10 April 2010

Periodistas descalificados y un jurado cuestionado

Por Luís Céspedes Peña

Por primera vez, en 14 años, no se había registrado una descalificación masiva de todos los trabajos del Concurso de Ensayo Periodístico René Fernández Almonte, ni tampoco un jurado había sido tan cuestionado como el que presidió el escritor Edwin Espinal, el cual escogió, como vocera para el veredicto, a Carmen Pérez Valerio, una profesora que estimo dejó cuestionada la educación, tomando en consideración su comportamiento en el Gran Teatro Regional del Cibao, aunque ella aclaró que habló el nombre de sus demás compañeros. El tercer miembro del jurado lo fue Pedro Domínguez Brito, pero el jueves pasado, cuando se conoció el histórico fallo, no estuvieron presentes éste ni Espinal, algo que creó muchas integrantes. Los 16 participantes en el Concurso, sabemos que la decisión del jurado es inapelable. Nosotros tampoco queremos una revisión de los resultados. Y si se demuestra que ese jurado tiene la razón, para no calificar uno de los 16 trabajos, los cuales participaron buscando obtener los tres premios, además de las dos menciones honoríficas, entonces aceptaremos las humillaciones de las cuales fuimos víctimas.

Podemos decir, con toda responsabilidad, que ese jurado, integrado por el ensayista Edwin Espinal, por el licenciado Pedro Domínguez Brito y Pérez Valerio, o no tuvo tiempo para leer los ensayos o no actuaron de buena fe. Es probable que nadie ganara el primero, segundo o tercer lugar, como está establecido en la base del Concurso, pero algún trabajo debió calificar para ganar una de las dos menciones honoríficas. Así está establecido y eso no debió variarse bajo ninguna circunstancia, como ocurrió. No voy a repetir la cadena de conceptos descalificadores pronunciados por Pérez Valerio, porque eso les hace más daño a los participantes. Todos los presentes, periodistas o no, protestaron por la forma altanera de Pérez Valerio. Algunos comunicadores, no concursantes, abandonaron el escenario molestos por sus pronunciamientos y otros, como fue el caso de Alesandre Álvarez, fue capaz de preguntarme si había ingerido algún tipo brindis, luego de tantas descalificaciones hechas por la distinguida dama.

Le contesté: “Sólo tomé un baso de refresco, porque después de lo ocurrido, me siento el paladar seco, aunque intenté subir al escenario para responderle a la señora”. El jurado declaró desierto todo el ensayo y se creó, en violación a lo establecido por la base del Concurso, dos menciones, bajo el calificativo de donaciones, las cuales favorecieron a Perfecto Martínez y a José Madera. Perfecto se negaba a subir al escenario para recibir la donación, porque así lo dijo Pérez Valerio, porque él entendió y lo sigue entendiendo, que se violó la base del concurso.
Todos coincidimos en que si los trabajos de Martínez y Madera calificaron para recibir dos donaciones, debieron haber ganados dentro de lo que está establecido como base, no entregarles 25 mil pesos a cada uno de ellos, en esa condición de consolación. Pero es importante que los periodistas y otros lectores conozcan los trabajos, para que opinen en torno al polémico tema. Para brindarles a los lectores esa facilidad de análisis, el periódico digital, El Sol Dominicano, comenzará a publicar íntegramente los trabajos de los concursantes interesados.

El Sol Dominicano, del cual fuí su primer director, en mi condición de co-propietario, publicará, a petición del actual titular, mi cuñado Hipólito Vega, esos escritos para ofrecerles a sus lectores la oportunidad de que conozcan la forma de escribir ensayos de los concursantes en ese evento. Los interesados deben escribir a:
redacción@elsoldominicano.com. Durante todo el proceso del ensayo, los participantes mostraron preocupación porque no se sabía si el jurado estaba integrado por ensayistas o no. Los gastos del jurado se cubre con parte de los recursos que aporta el Grupo León Jimenes, patrocinador del evento, de acuerdo a la versión del secretario general de la Seccional Santiago del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), Ramón Paulino. Éste siempre me dijo que era un jurado excelente, pero nunca citó los nombres, quizás para hacer más transparente el Concurso. ¡Ahora tenemos el problema!

Con mucha insistencia, le pregunté si en el jurado estaban los ensayistas Bruno Rosario Candelier, que ya había presidido otro, Edwin Espinal, el cual lleva tiempo en esa tarea en el CDP, Máximo Vega, del Centro de la Cultura, que también fue integrante en años anteriores y que instruyó a la mayoría de de los periodistas aspirantes a ensayistas, junto a la profesora Ingrid González de Rodríguez, otra destacada en ese tipo de literatura, pero no recibí respuesta de nuestro secretario general, quizás evitando contaminar el proceso. En mi caso, quería saber si el jurado, como se supone debe ser, estaba integrado por ensayistas, porque éstos saben cuando se escribe en base al realismo, sub-realismo o en metáfora. Pérez Valerio, en su veredicto, dijo: “Esta es la posición del jurado”. Tenemos que admitir que no somos genios del ensayo, pero manejamos pobremente el tema. Muchos de los concursantes, ya ganaron primeros lugares.

¡O los jurados eran muy malos o los periodistas engañaron a sus miembros!
Si los miembros del jurado que descalificó todos los trabajos se consideran los sabios, los sobrenaturales, las grandes eminencias, los súper dotados, las enormes estrellas, los intocables y los inmortales de los ensayos, nosotros estamos en el deber de respetar esas condiciones. Pero no estamos en el deber de aceptar las humillaciones a que fuimos sometidos por Pérez Valerio, la cual dijo habló a nombre del jurado. Pensábamos que, como la dama trabaja en E. León Jimenes, era una posición de la empresa y como el tema es el centro de conversaciones entre los periodistas, íbamos a solicitar que se devolviera el dinero a la compañía. Paulino aclaró que el dinero correspondiente al Ensayo desierto, será recibido por la directiva del CDP.
¡Continuemos con el debate!

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