La peor pesadilla de Johanny Vilorio es tener que acostar a su niña de un año en un colchón improvisado sobre el piso frío.
La tragedia de se repite en cada una de las 45 familias que se vieron obligadas a mudarse a la explanada de la gobernación de la provincia de Samaná, luego de ser desalojadas de sus tierras en la comunidad de Cueva de Agua, así lo expresó Yahaira Castro, desalojada.
El 11 de noviembre será una fecha difícil de olvidar para estas 186 personas, pues sus viviendas fueron destruidas, sus bienes ultrajados.
Según versiones la fuerza pública actuó a nombre de unos empresarios de apellido Rodríguez.
La desesperación, el agua, el sol y el sereno hacen que los desalojados piensen en regresar a sus tierras las cuales algunos han habitado por mas de 60, sin importar las consecuencias.
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