Fuente: CODIGO AL DIA
Por Arturo Taveras
Con la excepción de un reducido grupo de privilegiados, el periodista dominicano vive en un laberinto de miseria que degrada su vida, porque el ambiente social y económico lo obliga a convertirse en “servil chupa-medias” de políticos y empresarios que esclavizan al trabajador de la prensa a cambio de dádivas para sobrevivir y poder alimentar a su familia o de lo contrario muere de hambre.
Sin ánimo de alentar el exilio económico ni de ofender o crear desaliento a los comunicadores sociales dominicanos, lo mas correcto es evadir esa profunda y espantosa miseria periodística en que se encuentra la prensa criolla, fruto del pírrico salario que reciben los empleados del llamado cuarto poder y por la falta de reglas claras que allí rijan el ejercicio del periodismo.
Además de los asalariados, los mas sufridos son aquellos comunicadores que producen programas, de radio y televisión, y que no pertenecen a un clan de esos que extorsionan y manipulan la distribución de la publicidad, pública y privada, cuyo pastel es jugoso.
La mayoría de los periodistas no reciben seguro médico, no tienen viviendas propias, carecen del beneficio de programas sociales, reciben pocos incentivos y no tienen un gremio que los defienda, promueva su formación intelectual y les garantice una pensión para su vejez.
La mayoría de los trabajadores de la prensa (periodistas, camarógrafos, foto-reportero y otros) vive en la indigencia, porque ganan entre 5 y 15 mil pesos mensuales, lo que equivale a 110 y 400 dólares al mes. “5 y 10 mil pesos son salarios de miseria para un profesional que arriesga la vida en la búsqueda de las informaciones, mientras las empresas para las cuales laboran se enriquecen cada día mas. Es injusto”, manifestó el periodista, quien es director del portal Caribbean Digital.net
La mayoría de los trabajadores de la prensa (periodistas, camarógrafos, foto-reportero y otros) vive en la indigencia, porque ganan entre 5 y 15 mil pesos mensuales, lo que equivale a 110 y 400 dólares al mes.
Es por eso que muchos periodistas dominicanos tienen que mendigar entre políticos y empresarios el pago de la renta de sus viviendas, diario alimenticio, el pasaje, gasolina si tienen vehículos, medicina para sus hijos, el pago de colegio y cuantas cosas necesiten para sobrevivir.
Una minoría ha decidido representar el moralismo y pagan el precio amargo de sufrir calamidades antes que mendigar y comprometer su pluma, mientras que otra parte de los comunicadores sociales ha tenido que huir al exilio económico en Estados Unidos o Europa para sobrevivir y la mayoría se ha convertido en "chupa medias" de políticos, empresarios y, en algunos casos, de narcotraficantes y delincuentes.
Es injusto, abominable e inaceptable el que muchos periodistas dominicanos que han servido a su pueblo por mas de 30 0 50 años, arriesgando su vida, hayan muerto en la indigencia y otros que sufren enfermedades terminales tengan que pedir para luchar contra la muerte, mientras que políticos disfrazados de comunicadores y algunos privilegiados por el poder reciben las escasas pensiones que, de forma manipulada, entrega el gobierno.
El periodista quisqueyano que no pertenece a un clan o que no tiene un padrino en el poder , sufre humillaciones y no goza de los beneficios del falso privilegio y endiosamiento que dan las cámaras, los micrófonos, la imprenta y la internet a los miembros de la prensa.
Un ejemplo palpable de la situación que viven los periodistas dominicanos lo encarnan Roberto Pérez, Pedro Jiménez, Roberto Cruz, Fermín Escaño, entro s de la ciudad de Santiago, por citar algunos ejemplos para la objetividad de la información, los cuales tienen entre 20 y 50 años arriesgando la vida para informar a las masas. Ellos estan a escasos años de entrar a la vejez y no tienen viviendas, seguro médico, trabajo y mucho menos disfrutan de una pensión, a pesar de que son miembros del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y la Asociación de Periodistas Profesionales (APP),e entidades manejadas por grupos al servicio de los políticos.
Esa realidad imperante en el sector periodístico dominicano fue expuesto recientemente en un programa de televisión por el gremialista José Alfredo Espinal, quien considera que para exigirle a un profesional del periodismo en este país, los medios de comunicación deberían primero, dotarlo de un buen salario y las herramientas necesarias para ejercer su labor.
Cree que para pedirle a un profesional de la comunicación que sea serio y ético en su trabajo es bueno que los ejecutivos de empresas de comunicación tomen en cuenta sus condiciones de vida y laborales, por lo que, a su juicio, un buen sueldo mensual, equipos para ejercer su trabajo, así como cursos y seminarios de capacitación, son fundamentales para que ese comunicador social no sea arrastrado por la corrupción que no escapa en el área del periodismo dominicano.
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