Ureña consideró que esas instituciones estatales y otras de similares características, realmente deben trabajar entre los jóvenes, a través de las familias y los centros educativos.
“Esa falta de política de cooperación está creando monstruos de siete cabezas en los sectores más empobrecidos, ya que no tienen ninguna oportunidad de entretenimiento, dejándolos a la suerte de adultos profesionales en delinquir quienes, por meras recompensas, los ponen a la disposición de pandilleros y del bajo mundo de las drogas”, agregó.
Insistió en que los principales aliados del pandillerismo y la delincuencia juvenil “son esas dos entidades junto a sus ministros, pues no están trabajando para prevenir ni para aportar soluciones”.
“Les están dejando a la parte represiva resolver un problema que ellos han provocado con la falta de atención y la responsabilidad que debieran asumir”, puntualizó el concejal santiaguense.
En ese sentido subrayó que el Ministerio de Deportes debiera retomar la cooperación que brindaba en los sectores de clase baja a través de clubes organizados, auspiciando canchas móviles que funcionen en los barrios donde existen grandes porcentajes de jóvenes en conflicto con la ley, dándole seguimiento a esa política deportiva.
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