Por Tony Rodríguez
República Dominicana/Santiago.- En la campiña de Bao, encrestada en las lomas de Jánico, allende la Cordillera Central, eran 80 familias que lo tenían todo, frutos, víveres, gallinas, cerdos, agua, aire limpio, tranquilidad y vida sana.
Hasta que en 1982 el gobierno los obligó a recoger sus cosas para mudarlos a una zona agreste, limitada, cerca y lejos de la ciudad, carente de servicios públicos, lo que es hoy Villa Bao.
Pero Bao siguió siendo tierra productiva, cuatro ríos se unen para dar agua, energía hidroeléctrica y vida a más de un millón de citadinos de Santiago y Moca, por medio de la presa de Bao.
El Complejo Tavera-Bao es de mucha utilidad para el desarrollo, alimenta el acueducto Cibao Central y reporta millones de pesos en beneficios al Estado Dominicano.
Dionicio Jerez, dirigente comunitario, nacido en las montañas y como todos, mudado a la villa negada de suerte que es hoy Villa Bao, cree que la bondad de sus antiguas tierras debe beneficiar de algún modo a sus sacrificados dueños, con servicios de agua, electricidad, asfalto y todo lo que no tienen, porque a ellos no les ha llegado el desarrollo.
Es hacer lo que nunca se hizo por Villa Bao, darle lo justo, lo merecido, campesinos en ciudad, en terrenos que no dan más que miseria y mal vivir, algo, solo algo de lo que Bao genera debe llegarles a ellos traducido en una mejoría de calidad de vida.
Villa Bao es igual a pocas horas de energía eléctrica, servicio de agua dudosamente potable dos veces por semana, un chin de asfalto solo al paso de la carretera que va a San José de las Matas, servicios negados en todas las direcciones.
Por eso, al ser entrevistado en el programa Fuera del Aire, de Tele Unión, el dirigente comunitario Dionicio Jerez ha pedido atención para Villa Bao, que el gobierno peledeísta, que tal vez no conoce la historia de esa comunidad, se entere que ellos merecen ser incluidos en el presupuesto estatal, para que les llegue el asfalto, la energía eléctrica, el agua potable, el empleo y la seguridad pública.
República Dominicana/Santiago.- En la campiña de Bao, encrestada en las lomas de Jánico, allende la Cordillera Central, eran 80 familias que lo tenían todo, frutos, víveres, gallinas, cerdos, agua, aire limpio, tranquilidad y vida sana.
Hasta que en 1982 el gobierno los obligó a recoger sus cosas para mudarlos a una zona agreste, limitada, cerca y lejos de la ciudad, carente de servicios públicos, lo que es hoy Villa Bao.
Pero Bao siguió siendo tierra productiva, cuatro ríos se unen para dar agua, energía hidroeléctrica y vida a más de un millón de citadinos de Santiago y Moca, por medio de la presa de Bao.
El Complejo Tavera-Bao es de mucha utilidad para el desarrollo, alimenta el acueducto Cibao Central y reporta millones de pesos en beneficios al Estado Dominicano.
Dionicio Jerez, dirigente comunitario, nacido en las montañas y como todos, mudado a la villa negada de suerte que es hoy Villa Bao, cree que la bondad de sus antiguas tierras debe beneficiar de algún modo a sus sacrificados dueños, con servicios de agua, electricidad, asfalto y todo lo que no tienen, porque a ellos no les ha llegado el desarrollo.
Es hacer lo que nunca se hizo por Villa Bao, darle lo justo, lo merecido, campesinos en ciudad, en terrenos que no dan más que miseria y mal vivir, algo, solo algo de lo que Bao genera debe llegarles a ellos traducido en una mejoría de calidad de vida.
Villa Bao es igual a pocas horas de energía eléctrica, servicio de agua dudosamente potable dos veces por semana, un chin de asfalto solo al paso de la carretera que va a San José de las Matas, servicios negados en todas las direcciones.
Por eso, al ser entrevistado en el programa Fuera del Aire, de Tele Unión, el dirigente comunitario Dionicio Jerez ha pedido atención para Villa Bao, que el gobierno peledeísta, que tal vez no conoce la historia de esa comunidad, se entere que ellos merecen ser incluidos en el presupuesto estatal, para que les llegue el asfalto, la energía eléctrica, el agua potable, el empleo y la seguridad pública.
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