En el último reporte se identificaron veinte familias que perdieron sus hogares tras las crecidas de los ríos, arroyos y cañadas.
Las familias que han sentido con mayor fuerza la furia de la naturaleza son los residentes del municipio de Licey y Tamboril.
Las lluvias han provocado que más de 10 comunidades se encuentren incomunicadas por los deslizamientos de tierra en Canca la Reyna y los habitantes de al menos 15 viviendas abandonaron sus hogares por temor a morir sepultados.
A pesar de los aguaceros brigadas del Ministerio de Obras Públicas trabajan para habilitar la vía.
Los comedores económicos y miembros de la Defensa Civil se encuentran auxiliando a las personas que han resultado afectadas, donde miles de raciones alimenticias han sido entregadas.
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