República Dominicana/Santiago.- Un grupo de estudiantes y profesores de Cabo Haitiano(Haití), que hicieron una excursión hasta la ciudad de Santiago provocaron varios incidentes al asombrarse con el elevado de la avenida Estrella Sadhalá, esquina 27 de Febrero y las escaleras eléctricas de un famoso establecimiento comercial de esta ciudad.
Los estudiantes y profesores haitianos azorados subieron al elevado y desde lo alto comenzaron a arrojar saliva a los vehículos que pasaban por las calles laterales y mientras los niños y adolescentes saltaban y se revolcaban en la orilla, los adultos, principalmente profesoras pregonaban que nunca en su vida habían visto un “puente” tan grande y su asombro era más latente porque decían que por su cercanía no había ríos ni arroyos.
Dos agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte obligaron a los estudiantes y profesores haitianos bajar del elevado, alegando que su vida corría peligro, debido a que los vehículos se desplazan a gran velocidad y no hay aceras, porque es un paso vial restringido para peatones y motociclistas.
Luego se dirigieron a un establecimiento comercial y al ver el vaivén de las escaleras reaccionaron asombrados y asustados, alegando que nunca habían vistos escalones caminando solos.
Presos por la curiosidad se abalanzaron sobre las escaleras en un sube y baja y en medio de risas, gritos de alegría y saltadera porque las escaleras los subían y los bajaban sin mover un pie.
En un intento de salir de una de las escaleras eléctricas, a una haitiana se le quedó enganchado el taco de un zapato y cuando iba a caer otros de sus compañeros trataron de evitar la caída, pero todos se fueron al suelo, pero afortunadamente no hubo lesiones graves, sino algunos ligeros rasguños y el susto.
En medio de un gran alboroto los excursionistas haitianos tomaron la Avenida Bartolomé Colón y luego la San Luís y uno de los adolescentes con una edad entre 14 a 16 años tomó por el rabo un perro realengo que dormía en la calzada y comenzó a darle vuelta y luego lo tiró al vacío cayendo el animal en la capota de una jeepeta que se desplazaba por esa vía.
El conductor del vehículo enojado se desmontó e intentó agredir al travieso adolescente, pero intervino una patrulla motorizada de la Policía y todo se resolvió.
Los haitianos al mando del religioso Jean Paúl Batiste abordaron el autobús que los trajo de Cabo Haitiano para su regreso, mientras la mayoría pregonaban que volverían a quedarse, porque según afirman nunca habían visto tantas cosas raras y divertidas como las que observaron en Santiago.
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