Por Eugenio Taveras
La Dirección Nacional de Control de Drogas (D... N... C... D...) en apenas un año ha incautado, recuperado o como usted quiera calificar tan extraordinario acontecimiento, el cual nos llena de orgullo y satisfacción por el deber cumplido, expresaría su Gral. Rolando Rosado Mateo, la friolera y exorbitante cantidad de 7,621 kilos de drogas (cocaína un 85% y marihuana un 15%), lo que significa un trabajo digno de encomio y que la población debe sentirse orgullosa de tan ardua labor en contra de un flagelo tan pernicioso como lo es el consumo de estupefacientes.
Todo eso suena bonito general Rosado Amarillo, digo Rosado Mateo, pero me gustaría formularle una pregunta que tal vez ningún sesudo periodista, comunicador o ciudadano común no quiso o se le olvidó hacerle: ¿cuántos kilos de los más de siete mil fueron y vinieron de la calle? Si no me entendió se lo explico de otra manera: la población tiene la casi certeza de que la droga incautada, inexplicablemente, vuelve a las calles salida de los sacos, las fundas, los bolsillos y las manos que la manejan dentro del conglomerado que usted mismo dirige, por lo que es dable recibir una clara explicación de si la duda que tienen los ciudadanos de República Dominicana, ávidos de respuestas a tantas interrogantes ocultas en esa dependencias y todas las que conforman el espectro nacional, saturado de sorpresas sin solución.
Todo sigue viento en popa señor ministro de la DNCD, sin embargo, queda otra interrogante: ¿a este paisote sólo entra, se produce, se siembre, se exporta, o como el que lee quiera entender: COCAÍNA y MARIHUANA? Me explico: a mi terruño de mis amores, tierra de todos y de nadie, no recibimos visitas agradables de la heroína, la morfina, el éxtasis y otras yerbas aromáticas que causan placer a los humanos que la consumen y les ofrecen una mejor vida al pelafustán que cae en las garras de esa fiera hambrienta, capaz de transformar la podredumbre en riqueza y la riqueza en podredumbre.
No debo, ni puedo, ni quiero, ni deseo terminar este desahogo, que sólo se convertirá en un desperdicio forzoso de mis sesos en hilar las palabras que conforman lo escrito antes y después, sin formular una tercera y última interrogante: tengo entendido que en su gestión han sido expulsados una caterva de mini ministros que prestaban servicios bajo su mando y que la población cree y entiende que deben purgar una pena correspondiente al “delito” cometido en esa dependencia, entonces, ¿dónde fueron a parar esos ilustres pro hombres dignos de alabanza por la labor desempeñada a favor de sus congéneres?, no me responda que están todos libres y gozando de lo conseguido (moneda) y con su diploma bajo el brazo, adquirido en las clases recibidas en el ejercicio de sus funciones, juntos y reburujados con los que ya tenemos, enviados desde los USA, que quiere decir: Estados Unidos de América, conocido por el acrónimo EEUU.
Ahora bien, General, si desea no tiene que responderlas, quien hizo las preguntas estará más que satisfecho de que estas letras hayan pasado por sus ojos y cuando le toque volver a dirigir la institución que quien sabe deje el 16 de Agosto, se acuerde de ellas y, quien sabe, otra vez, supere con creces el trabajo desempeñado hasta aquí, ah!, quiero hacerle saber, por último mi General, los ciudadanos de este jodido pueblo estamos cansados de que nos traten como verdaderos estúpidos.
Contador Público Autorizado - Asesor impositivo - Periodista - Facilitador certificado por INFOTEP
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