Por Luís Céspedes Peña
El ganador de las encuestas peledeístas por el municipio de Santiago, Gilberto Serulle, es el candidato a síndico por un grupo de Partidos, entre ellos, el Revolucionario Dominicano (PRD).
De hecho, abandonó a su Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Hay que reconocer que Serulle fue el vencedor de José Izquierdo, Hamlet Otáñez y Bienvenido Pérez, a lo interno del PLD.
El ganador de las encuestas peledeístas por el municipio de Santiago, Gilberto Serulle, es el candidato a síndico por un grupo de Partidos, entre ellos, el Revolucionario Dominicano (PRD).
De hecho, abandonó a su Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Hay que reconocer que Serulle fue el vencedor de José Izquierdo, Hamlet Otáñez y Bienvenido Pérez, a lo interno del PLD.
Serulle asegura que también derrotó, en otras encuestas, al síndico reformista, José Enrique Sued, ratificado por el Comité Político del PLD como candidato de esa organización política.
Los principales responsables de la política oficial en la Provincia Santiago, Ramón Ventura Camejo, Eucludes Gutiérrez Félix y Ramón Rodríguez (Monchy), encabezaron un amplio movimiento dispuesto por el Comité Político, para que el síndico de esa organización o el aliado Sued, surgiera de las encuestas.
El Comité Político decidió proclamar a Sued y la respuesta de Serulle fue la de convertirse en el candidato a la Sindicatura por el PRD con sus aliados. Sin un análisis profundo, hay que decir que Serulle se equivocó con esa acción. Como en el PLD eso no se perdona, este dirigente político y quienes sigan sus pasos, saben que su historia concluyó en esa entidad.
Pero la advertencia al Presidente está dirigida a que, como estamos a algo más de 70 días para elecciones del 16 de Mayo, en Santiago, fruto del problema por la escogencia de Sued como candidato a la Sindicatura, hay un gran movimiento tendente a provocar una abstención electoral, que sería terrible para los intereses políticos del PLD.
Debido a que los peledeístas se hicieron grandes ilusiones con la Sindicatura, fruto de que esa entidad es hoy la fuerza política más poderosa que tiene Santiago, incluso, superando al Distrito Nacional, la proclamación de Sued está impidiendo la unidad de esa organización.
No creo que los máximos dirigentes peledeístas de la Provincia Santiago, estén en condiciones de convocar a sus compañeros a trabajar. El jefe de Estado, que tiene una clara visión del futuro político del país, debe visitar a Santiago para reunirse con los peledeístas. El gobernante no debe eludir el problema. Si no actúa a la mayor brevedad, ese partido podría sufrir efectos negativos trascendentales, porque ya Serulle prometió otorgarles a los peledeístas el 40 por ciento de los empleos del Ayuntamiento, otra cantidad similar a los perredeístas, el restante 20 para las organizaciones “menoritarias” y a sus seguidores externos.
Ya hay peledeístas que dicen que van a votar por Serulle. El mandatario no debe olvidar el resultado de una encuesta privada que advirtió que si Sued era el candidato a síndico por el PLD, el 65 por ciento de ellos se abstendría de votar en los comicios venideros. Y parece que ese pensamiento va rumbo a ejecutarse, en virtud del silencio que se observa en los diferentes organismos del PLD.
¡Es la forma típica de los peledeístas castigar a los candidatos que no son de su simpatía!
Independientemente a lo sucedido, los peledeístas están en el deber de analizar su futuro político con miras al 2012. Muchos de ellos son funcionarios del gobierno y deben analizar qué es lo que más les conviene. El país tiene a un Presidente que escucha y se deja escuchar. Tiene que visitar a Santiago para armonizar, pero también para fijar la tarea del triunfo, diciéndole, a cada responsable de zona y de comité de base: “Si eres obediente al PLD y te considera mi amigo, ganas las elecciones en las mesas electorales que te corresponden”.
Los peledeístas deben entender que el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), es una fuerza política que se está recuperando y está en ascenso. Por una rabiasca, el PLD no debe perderse todo. Para cualquier político, la situación del gobernante, un hombre al que el Presidente Joaquín Balaguer y el otro gran líder nacional, el inolvidable profesor Juan Bosch, le abrieron el camino hacia la Presidencia de la República (en 1996), le sería muy difícil no sacrificar a su partido para complacer a los miembros de la entidad que lo apoyaron en un momento tan difícil de la historia dominicana.
¡Les levantaron las manos para llevar al PLD al poder y hasta la fecha!
Los “morados” tienen que reflexionar sobre este aspecto. Tienen que pensar en su senador, Julio César Valentín y en los diputados. Los votos reformistas son para los aspirantes congresionales del PLD.
Para compensar la desaparecida esperanza de los peledeístas que veían en el Ayuntamiento una solución, el Presidente debe poner en ejecución algún tipo de plan. El Presidente sabe cómo hacerlo, pero sin perder tiempo para reunirse con sus amigos, relacionados y seguidores del PLD en Santiago.
¡El compromiso es suyo, señor Presidente!
Hasta el próximo artículo.
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