09 March 2010

¿Cuál será el derrotado: Fernández Reyna, Danilo Medina o Miguel Vargas?

Por Luís Céspedes Peña
Santiago, como en las décadas de los años 70 y los 80, cuando el Presidente Joaquín Balaguer designaba a personalidades (oficialistas y de la oposición), en importantes cargos de la administración pública, con la idea de fortalecer su liderazgo con la participación de los santiagueros en el gobierno, hoy, como ayer, en el orden político, las cosas son muy parecidas, a causa de los movimientos de personas de un partido a otro. Balaguer nunca les pidió a las personalidades que designaba en cargos, si eran de la oposición, que apoyaran a su gobierno, pero el público inmediatamente tildaba, a quienes recibían las designaciones, como otros conquistados por los reformistas.


Cuando se trataba de asignarles apartamentos a comunicadores, políticos, empresarios y de otros sectores que tenían el sello de opositores, algunos de los reformistas más recalcitrantes, para usar uno de los términos de mi amigo, ya desaparecido, Domingo Valle, trataban de indisponerlos con el gobernante, Balaguer les contestaba: “no importa, son dominicanos”.
Hago esta introducción para centrarme en la actual situación política de Santiago, donde la lucha por la Alcaldía entre el Bloque Progresista, que lidera el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el grupo que encabeza el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), está convertida en aprestos para las elecciones del 2012. Antes, durante el desarrollo de la pre-campaña interna, el PLD logró colocarse al nivel máximo de su historia en Santiago, fruto del trabajo realizado por los pre-candidatos Hamlet Otáñez, Bienvenido Pérez, José Izquierdo y Gilberto Serulle, conducido por los líderes que trabajan en la Provincia Santiago. Hasta ese momento, el PLD mantuvo la simpatía electoral por encima del 55 por ciento. Luego del paso de Serulle, que se desesperó y se convirtió en el candidato a Alcaldía por los perredeístas con sus aliados, hay que esperar los resultados de las nuevas encuestas.

La ida a Serulle, sin ningún tipo de duda, disminuyó ese porcentaje, aunque se le debe agregar el de los reformistas. Hay que destacar el trabajo realizado, dirigiendo a los peledeístas, de Ramón Ventura Camejo, Euclides Gutiérrez Félix y Ramón Rodríguez (Monchy). Hoy, el panorama es distinto, si se toma en consideración que los electores tienen la opción de votar fraccionado.

Para enfrentar esa realidad, el PLD, bajo la dirección del Presidente Leonel Fernández Reyna, comenzó a aplicar las mismas estrategias del 2008, cuando el PRD tenía en sus manos la victoria, pero que con la llega, a la dirección del PLD de Ventura Camejo, le fue quitada la victoria a favor de Fernández Reyna.

¿Y por qué tuvo que cambiar las estrategias?

Tuvo que variarlas, porque ya no se debate quién será el alcalde del municipio de Santiago, sino quiénes serán los derrotados para el 2012, fruto de la ida de un importante seguidor de Danilo Medina.

Si el actual alcalde, José Enrique Sued, gana las elecciones, con el apoyo del Bloque Progresista, ganaron Fernández Reyna y Danilo Medina. Si los peledeístas y los aliados de la entidad, entre los cuales están los reformistas, son derrotados el 16 de Mayo, ganó Miguel Vargas Maldonado.

¿Por qué ocurrirá esto?.

Simplemente, porque el coordinador de la campaña del Bloque Progresista es Ramón Ventura Camejo, presidente del Comité Provincial del PLD, y jefe de la estrategia es Ramón Rodríguez (Monchy, quien preside el Comité Municipal..El primero es un connotado dirigente de la tendencia de Fernández Reyna y segundo es un “cuadro” de Danilo Medina. Si gana Serulle, quien fuera considerado el más destacado peledeísta de la pre-campaña a la Alcandía, el mayor derrotado lo será Danilo Medina.

¿Por qué?

Porque si triunfa Serulle, la mayoría de peledeístas estará acusando a los danilistas de no hacer lo posible para evitar que éste renunciara, pero también estaría en duda el liderazgo de la parte de Danilo Medina en Santiago. Si Serulle pierde, entonces quien tiene el liderazgo en Santiago de esa parte del PLD, es Danilo Medina, no el actual candidato a la Alcandía por el PRD. Si pierde Sued, los perredeístas podrán decir que derrotaron al Presidente Fernández, a Medina, Ventura Camejo, Monchy Rodríguez, Euclides Gutiérrez Félix, a los demás ex pre-candidatos y responsables de la campaña electoral en la jurisdicción. ¡Todos están obligados a trabajar para ganar!

Los oficialistas (la parte del Presidente), agregaron a Sued a los intereses reeleccionistas o a quienes apoye el gobernante para el 2012. Sued ya está hablando de que a este país le queda mucho Leonel Fernández Reyna.

¡Así está de complicada la política en Santiago!

El Bloque Progresista tiene una gran ventaja. Su candidato a senador, Julio César Valentín, es un joven político, que a veces comete errores infantiles, porque todavía le falta manejar estrategias que son básicas en ese quehacer, pero es un hombre con buenas intenciones, que les soluciona problemas a sus seguidores y que el país se favorece de sus propuestas como presidente de la Cámara de Diputados. Pero, además, su competidor, el perredeísta Orlando Jorge Mera, que si bien es cierto pertenece la burguesía de Santiago, es un joven político sin un marco de referencia en materia política, al concentrar su campaña sólo en críticas en contra del gobierno, sembrando temores, que es lo que menos les conviene a los empresarios y la mayoría de votantes, que son los pobres. Valentín, que merece que se le perdone algunos errores, entre ellos, que-hasta el día de hoy-no es capaz de expandir sus relaciones en los medios de comunicaciones, los cuales son fundamentales para el triunfo de cualquier aspirante. También ocurre lo mismo con José Enrique. Es importante recordar que fue un sector de los medios de comunicaciones de Santiago, que convirtió a Radhamés Fermín en candidato a la Alcaldía por el PRD, aunque destituido después.

Jorge Mera puede estar bien intencionado, pero sus discursos le están siguiendo los pasos a Eduardo Estrella: No reconoce ninguna acción positiva del gobierno. Sólo habla de catástrofes, como si el gobierno no hiciera una obra que merezca ser reconocida.

¡No saben ganar con los recursos de sus opositores!
Les voy a poner estos ejemplos. En el período 1986-90, me convertí en el único regidor del PRD en el municipio de Tamboril. El PRSC y el PLD tenían la mayoría de ediles. Ellos no se ponían de acuerdo para elegir el bufete directivo de la Sala Capitular. Ese conflicto duró tres meses. El Ayuntamiento no tenía presidente, lo que obstaculizaba la emisión de cheques y otras actividades. Pero yo asistía a todas las convocatorias, incluyendo las que se hacían para tratar de elegir el bufete. Cuando se presentaba la votación, yo me abstenía de ejercer ese derecho.

¡El Ayuntamiento seguía cerrado!

Desesperado, el PRSC me convocó a una reunión y se desarrolló en la casa de Ramón
Rosario, su secretario general. La primera propuesta fue muy “tentadora”, pero se la rechacé de inmediato. Se produjeron otras dos reuniones y en la última los reformistas fueron dispuestos a negociar. Para apoyar a Idelfonso Germosén, como presidente del Ayuntamiento, le pedí al Síndico Julio Rosario: queremos el 50 por ciento de los alcaldes en las Secciones, el 40 por ciento de los empleos, la misma cantidad de las obras que realiza el cabildo en el municipio, sin manejar un centavo, el 30 por ciento de las operaciones del Plan Social y que se creen los departamentos necesarios para designar a mi equipo de trabajo. Al principio hubo resistencia, pero luego de un receso, solicitado por el síndico para discutir con la dirigencia reformista, éstos cedieron. Al día siguiente, con un acuerdo firmado, se procedió a elegir el bufete directivo, ocupando yo la vicepresidencia por cuatro años. Debemos admitir que Rosario, un síndico reformista, hizo un buen trabajo a favor de Tamboril. Ahora entrada la estrategia. Cuando acudíamos a la inauguración de una de las obras propuestas por el síndico para favorecer peticiones de sus seguidores, yo pedía un turno para hablar en el acto, después del ejecutivo y el presidente. Frank Reyes y Salvador Sánchez, dos honestos regidores peledeístas, no podían hablar, porque no eran parte del acuerdo.

Decía: “para los regidores, que apoyamos la realización de esta obra para el bien de ustedes, es de gran satisfacción este momento.

¡Confíen en nosotros, que siempre estaremos en el Ayuntamiento para ayudarlos a resolver los problemas que están a nuestro alcance!
Este discurso no era de la satisfacción de los reformistas, que decían que yo me estaba cogiendo el Ayuntamiento. ¡Es una forma de reconocer las buenas obras de los demás, pero también aprovecharlas y ganar para su partido!
Gracias por haberme leído.

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