Hay muchas personas que creen que el periodismo de investigación es un invento cinematográfico norteamericano lanzado hace veinte años con motivo del estreno de una película que muestra a dos intrépidos periodistas trabajando día y noche para tumbar a un presidente. Hablar de periodismo investigativo es un pleonasmo pues todo buen periodista es un buen investigador, sostienen quienes no conciben esta disciplina como una especialización del trabajo del reportero.
"La investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo el periodismo tiene que ser investigativo por definición", sostiene el Premio Nobel Gabriel García Márquez.
" En teoría, el argumento tiene sentido, y de hecho se cumple en algunas circunstancias. Pero en la práctica, la realidad es otra . El producto del trabajo de un periodista investigador es dente al que publica un reportero que se dedica a buscar noticias del día o escribe crónicas y análisis de determinados acontecimientos bajo la presión de una hora de cierre .
El mérito del reportero diario consiste en tener olfato para buscar un ángulo novedoso de la noticia; poner en contexto los hechos; contar con un buen directorio de fuentes; permanecer bien informado, y actuar con prontitud. El reportero investigador tr abaja en asuntos controvertidos, que no necesariamente tienen actualidad noticiosa, y que casi siempre alguien no quiere que se ventilen.
Sin la premura de la hora de cierre, el periodista investigador intenta llegar hasta el final del camino, sin tener absoluta certeza de que su trabajo terminará publicado. Cuando lo logra, después de pasar por un lento y tedioso proceso de comprobación, la información es más amplia y detallada que las noticias que se han publicado sobre el tema.
De manera pues que la diferencia entre ambos productos está determinada por dos factores: tiempo y profundidad.
Por muchos años, los reporteros norteamericanos discutieron sobre estas características , y después de numerosos foros y debates, los interesados demarcaron las líneas de su campo de acción para fines puramente académicos.
Uno de ellos fue el periodista Robert W. Greene, fundador del Investigative Reporters and Editors (IRE), una organización que hoy agrupa a 3,700 periodistas de todo el mundo. En palabras de Greene, el periodismo de investigación "es la reportería que se realiza a través de la iniciativa y el trabajo del periodista, sobre asuntos de importancia que algunas personas u organizaciones desean mantener en secreto. Los tres elementos básicos son: que la investigación sea el trabajo del reportero, no un informe sobre una investigación hecha por alguien más; que el tema de la información trate de algo de razonable importancia para el lector o el televidente, y que haya quienes se empeñan en esconder esos asuntos del público" 3(1) .
La frontera trazada por Greene es bastante estricta en la medida en que excluye de plano las investigaciones que surgen de otras no periodísticas, (como las preparadas por procuradurías, fiscalías, superintendencias, etc) así como aquellos trabajos en los que el reportero no encuentra obstáculos para obtener la información.
Una caracterización más amplia del periodismo de investigación concibe al reportero investigador como un experto armador de rompecabezas cuyas piezas están dispersas y a menudo alguien trata de mantener ocultas.
Su misión es poner las cosas juntas con el fin de mostrar cómo funcionan y cómo se comportan las personas en una sociedad en crisis. Algunas veces todas las piezas son obtenidas por el periodista y otras llegan a sus manos porque alguien se entera que las está buscando, pero en ambos casos, es su perseverancia, el hecho de estar siempre ahí escuchando quejas y rumores, mirando documentos y siguiendo pistas, la clave para obtener una información que quedaría oculta si no fuera por su olfato inquisitivo.
Su misión es poner las cosas juntas con el fin de mostrar cómo funcionan y cómo se comportan las personas en una sociedad en crisis. Algunas veces todas las piezas son obtenidas por el periodista y otras llegan a sus manos porque alguien se entera que las está buscando, pero en ambos casos, es su perseverancia, el hecho de estar siempre ahí escuchando quejas y rumores, mirando documentos y siguiendo pistas, la clave para obtener una información que quedaría oculta si no fuera por su olfato inquisitivo.
Más que para una discusión académica, los tres elementos señalados por Greene sirven como criterios para seleccionar los proyectos de investigación, evaluar su viabilidad y discutir sus implicaciones éticas. De allí la importancia de analizarlos a fondo.
Por Juandy Gómez
Por Juandy Gómez
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