14 April 2009

Diputada Magda Rodríguez, favorece el aborto terapéutico

NUESTRA POSICIÓN ANTE EL TEMA DEL ABORTO

Recientemente mi nombre fue mencionado, junto al de mis colegas diputados Minou Tavárez Mirabal y Víctor Terrero, como promotores de la Reforma Constitucional que despenaliza el aborto en República Dominicana. Ante tales alusiones, que han tenido mayor trascendencia por haberse hecho en el contexto del Sermón de las Siete Palabras, nos vemos precisadas a puntualizar lo siguiente:

1. En nuestra condición de presidenta de la Comisión de Género hemos recibido diversas comisiones que procuran que su voz sea escuchada sobre el tema relativo al aborto. En ese espíritu hemos recibido las posiciones de personas y grupos que propugnan por una despenalización total del aborto, dejando en manos de la mujer el pleno derecho para decidir sobre esta materia, así como las de aquellos que se oponen de forma radical a que se despenalice la interrupción del embarazo en cualquier circunstancia.

2. Hasta el presente nuestro rol como legisladora se ha limitado a escuchar a las partes con interés en el tema, incluyendo la de personas que han ido a advertirnos sobre los potenciales riesgos de tomar partido a favor o en contra de los intereses que defienden. Esto no quiere decir sin embargo que no tengamos nuestro propio punto de vista sobre un tema de transcendental importancia como lo es el aborto y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

3. Aunque no le suponemos al padre Ruiz intenciones de dañar nuestra reputación personal, profesional o como legisladora lo cierto es que nos presenta ante la comunidad nacional, por ende ante nuestros electores, como personas desaprensivas que no tenemos respeto por la vida.

4. En nuestra condición de legisladora, como médico y mujer de profundas convicciones cristianas proferimos evitar los extremismos o fundamentalismos de cualquier signo. Por eso hemos defendido en privado, y ahora lo hacemos en público, la posición de que se despenalice el aborto terapéutico, es decir, en los casos en que la vida de la madre esté en serio riesgo y cuando el embarazo sea producto de una violación o de una relación incestuosa. En cada uno de estos casos se deberá obtener el consentimiento expreso de la madre.

5. Permitir el aborto de forma generalizada y caprichosa no ha estado nunca dentro de nuestros propósitos, por igual nos parece irresponsable poner en riesgo la vida ya nacida de una mujer, en ocasiones madre de hijos e hijas que requieren de su presencia, y que lleva en su vientre un producto inviable o padece trastornos de salud incompatibles con la condición de embarazada. Asimismo nos parece oportuno recordar que existen actos de violación a menores, como el publicitado caso de Brasil, donde un embarazo, por demás incestuoso, entraña un grave riesgo de muerte para una niña cuya voluntad ha sido ignorada por algún depredador de ocasión.

6. Siento que no debemos hacer leyes que no estemos en disposición de cumplir, y yo como madre les digo a quienes me quieran escuchar que si salvar la vida de mi hija implicara interrumpir su embarazo, lo haría porque para mí es una prioridad la vida nacida y desarrollada. Como creyente tengo muy pendiente la responsabilidad de legislar evitando las posiciones fariseas criticadas por Jesús al afirmar: “Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas”. Mat.23, 4. Texto Integro.

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